YA TENEMOS PISO!!!!!!!

Después de tres años de larga espera, ayer a las 17:30 h de la tarde, el alcalde nos hizo entrega de las llaves de nuestro piso. La verdad es que el momento en el que entras en tu piso por primera vez es inexplicable...tantas ilusiones, tantos sueños,tanta emoción, tantos nervios, tanta incertidumbre.....todo condensado en ese momento. Y si encima entras a lo grande (en los brazos del hombre de tu vida), pues ya ni os cuento.
La verdad es que fue un día grande: 23-F, un día para no olvidar por varias razones....
Bueno que ya os lo iremos enseñando poco a poco y montaremos alguna juerguecita para celebrarlo.
Y espero que pronto, muy ponto, podáis experimentar lo que sentimos nosotros ayer. Estamos seguros de ello.

Capitulo 6

Una vez habíamos llegado, mi madre me dijo:

- Dani, yo me quedo aquí, dentro de una hora vendré a recogerte. Estate tranquilo y compórtate siempre con corrección y sobre todo, pase lo que pase, sé tu mismo.
- Lo haré mamá, no tengas duda alguna.

Entré por segunda vez en mi vida al colegio y allí pude ver una figura que me era familiar: era Fernando, el chico que me había indicado la dirección de este lugar.

- Fernando, ¿qué tal?, ¿te acuerdas de mi?.
- Pues claro que si. ¿Cómo te llamas?. Olvidé preguntarte tu nombre el otro día.
- Mi nombre es Dani.
- Ven Dani, voy a presentarte a unos compañeros míos que pronto lo serán también tuyos.

Fernando hizo de cicerone y fue presentándome muy amablemente uno a uno, a todas las personas que se encontraban en aquella habitación. Yo estaba algo aturdido con tanto nombre, pero si hubo una cosa que me impactó, fue que yo era el chico más joven de cuantos allí nos encontrábamos. En ese instante entró en la sala un caballero de unos 35 años que reconocí de inmediato, ya que lo había visto aparecer en los partidos de fútbol que emitían por televisión.

- Buenas tardes a todos – dijo él.
- Buenas tardes Antonio Jesús, respondieron la mayoría de los presentes.

En el tono de voz con el cual habían contestado mis futuros compañeros, había notado un alto grado de admiración y respeto.

Antonio nos indicó que subiéramos a la planta de arriba y mientras lo hacíamos noté una mano sobre mi hombro. Me volví y vi que era él, Antonio. Es difícil explicar lo que sentí en ese instante, notaba como mis pulsaciones se aceleraban, no podía articular palabra. Era una persona como otra cualquiera pero desde luego no es habitual, que un chico de 12 años sea tenido en cuenta por una estrella.

- ¿Qué tal chaval? Eres nuevo, ¿verdad?
- Sssi, si – tartamudeaba yo.
- No te pongas nervioso, yo no soy distinto de ti. Sabes, hace algunos años yo era un niño igual que tú cuando subía estas escaleras por primera vez. Simplemente me he tomado en serio esto del arbitraje y con un poco de suerte estoy donde estoy.

Este comentario hizo que me dijera a mi mismo que si este señor había llegado a triunfar, ¿por qué no iba yo a poder conseguirlo? Sin duda esta primera conversación que mantuve con Antonio tuvo en mi el resultado que el quiso obtener; producirme una motivación extra, teniendo un espejo real en el que mirarme cuando surgieran los momentos de desaliento que él, como buen conocedor de este mundo, sabía que tenían que llegar más tarde o más temprano.

CÓRDOBA

Ya llevo tres semanas en Córdoba, ciudad que a pesar de la cercanía con Málaga, no conocía, y que me ha sorprendido gratamente. Es una ciudad realmente bonita, con unos rincones preciosos que poco a poco voy descubriendo.....

Con respecto al trabajo, no me puedo quejar, ahora la cosa está tranquilita pero ya vendrán los picos altos en los que no podré levantar la cabeza del ordenador, pero eso a mi no me asusta, después de estar un año y dos meses de atención al público en el Centro de Valoración y Orientación, cualquier exceso de trabajo me parecerá poco.

Los compañeros del SOE (Servicio de Orientación Educativa), departamento en el que trabajo, son realmente encantadores y tanto a mi compañero Juan "de Linares" como a mí nos han acogido estupendamente, hay un ambiente de trabajo buenísimo.

He encontrado un apartamento centrico, que no está mal. Al menos cumple con uno de mis requisitos: cerca del trabajo y cerca de la RENFE (aunque ya sabéis que el concepto de cerca o lejos para mi es muy diferente al del resto de la humanidad...).

Las tardes, entre unas cosas y otras se me pasan volando y si a mitad de semana me dan sorpresas como la que me dió Dani el Día de los Enamorados.....Se vino para Córdoba para que no pasara ese día solita...Uuuuhhhhh!!!! Habrá que hablar con el Corte Inglés para ver si en vez de un día de los enamorados al año pues ponen unos cuantos más ;-)

Bueno que a pesar de echar mucho de menos a Dani,a mi familia,a mis amigos y a mis antiguos compis de trabajo pues estoy bien y a intentar disfrutar y aprender lo máximo posible de esta experiencia que me ha tocado vivir.

Copa del Rey de Baloncesto

Pues nada, que este año, parece que deportivamente la cosa esta chunga. En fútbol, mejor ni hablar porque Madrid y Málaga, estan de p.. pena. Pero en baloncesto al menos, tenía la esperanza de que alguno de mis equipos, (sobre todo Unicaja, que conste), consiguiera un bonito título y más jugando en casa. Pero la cosa empezó mal, perdiendo el jueves el Unicaja de paliza con el Barcelona (con lo bien acostumbrado que nos tenía estos últimos dos años, nos habíamos hecho ilusiones) y ha terminado peor, con la derrota del Real Madrid en la final, con uno de los peores partidos ofensivos que recuerdo. Penoso ataque, y eso que venían promediando una buena cantidad de puntos. La presión ha podido con ellos, incluso con el dulce Bullock y la verdad es que no han estado a la altura.

En fin que ya que no habíamos ganado la Copa, ni el Uni, ni el Madrid, pues al menos que no la ganara el Barça. Ese era mi deseo cuando comenzó la competición. Pues nada hijo, que la ha ganado el puñetero Barcelona. Vaya, para estar contentos. Que conste que ha sido con justicia y utilizando muy bien sus armas, así que como buen deportista, solo me queda dar la enhorabuena (aunque me pese tela), a todos sus seguidores.

Capítulo 5

Nunca me ha gustado esconderme entre las masas y la hipocresía. Por eso cada vez que la gente criticaba o insultaba a un árbitro (práctica muy utilizada por la masa) algo dentro de mi me decía que yo no debía ser igual que ellos; debía optar por un camino diferente y no había ningún camino más distante que el contrario. Debía ser árbitro e intentar conseguir que la gente de mi entorno cambiara su forma de pensar. Eso es algo que he intentado durante toda mi vida y que me ha producido muchos quebraderos de cabeza y problemas a los que no estaba ni estoy dispuesto a renunciar. Al menos debía intentar cambiar lo que para mi estaba mal. Pocas veces lo he conseguido, pero aunque solo lo hubiera logrado una vez ya me sentiría satisfecho. Es difícil, no imposible.

Llegó el día de la reunión y mis nervios estaban a flor de piel, todo ello aderezado porque ese mismo día mi madre tenía que ir a hablar con mi profesora, ya que ésta le hizo llegar una carta instándola a que la visitara. Yo estaba en mi casa esperando a que llegara mi madre y no podía estarme quieto. Todo lo sucedido en estas semanas daba vueltas en mi mente; ¿cómo habría hecho los últimos exámenes?, ¿qué le estaría diciendo la señorita Pili a mi madre?. El destino no me podía negar la posibilidad de acudir a una reunión tan importante para mi en estos momentos…
En eso estaba cuando se oyó la puerta del ascensor, unas llaves estaban penetrando en la cerradura de mi puerta. Siempre me habían importado las observaciones que mi señorita Pili le hacía a mi madre, pero nunca había sentido el grado de ansiedad que en estos momentos delataba mi estado.

- Hijo mío.
- ¿Sí mamá? – contesté con voz temblorosa.
- Estoy orgullosa de ti. Tu profesora me ha dicho que ha notado un cambio muy positivo en tu actitud y que has mejorado mucho en los últimos exámenes.
- ¿De verdad?
- Sí, así que me estas demostrando que ser árbitro es algo más que un capricho para ti y aunque a mí no me haga mucha ilusión, si a ti te la hace no voy a ser yo precisamente la que te la quite.
- Gracias mamá- le dije a la vez que me fundía en un cálido abrazo.

Ya no había ningún tipo de impedimento para que yo pudiera ir a esa anhelada reunión, así que le dije a mi madre que se diera prisa, que no quería llegar tarde a mi primera cita.